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sábado, 1 de septiembre de 2007

GRACIAS ANITA POR REGALARNOS LA EXPERIENCIA DE ENCUENTRO MATRIMONIAL

Anita Gossens:
Chilena y legüina de corazón

Esta misionera laica belga ha regalado su vida entre las personas más necesitadas de Santiago. Junto a ellas ha aprendido a ser feliz y a tener esperanza contra toda desesperanza.Cuando se le pregunta a Anita Gossens quién es, responde llena de entusiasmo y alegría “Soy Anita de Jesús y de La Legua”. Su risa y alegría son su modo habitual de relacionarse con la gente. Hace 41 años que llegó a Chile, cuando tenía 30 años de edad, y directamente a la población La Legua, en la comuna de San Joaquín. Por eso se siente legüina de corazón y chilena por opción. Recientemente, el 25 de julio pasado, recibió la condecoración del Apóstol Santiago de manos del Cardenal Francisco Javier Errázuriz, en reconocimiento por su entrega y servicio a los más pobres. Cuando en el año '64 aterrizó en La Legua, Anita Gossens formaba parte del Instituto Secular Jesús Cáritas, seguidora de la espiritualidad del Hermano Carlos de Foucauld. Después de un tiempo dejó dicho instituto. “Entre mi vida comunitaria y el servicio pastoral en la Parroquia San Cayetano de La Legua, opté por lo último”, reconoce.
Encuentros matrimoniales, uno de los primeros trabajos pastorales en que se involucró “a concho” -y que ha dejado profunda huella en la Arquidiócesis de Santiago-, fue la promoción de los Encuentros Matrimoniales, idea que trajo de su natal Bélgica. Convenció a decenas de matrimonios de La Legua a usar la metodología de estos Encuentros para superar sus crisis y problemas. Pensando en ellos, Anita llegó con la propuesta de hablar sobre los sentimientos más profundos de las personas y poner la honestidad en la mesa matrimonial. “Mucho se comparte en pareja, pero rara vez se dice lo que pasa por dentro. Eso es lo que hace la felicidad o la tristeza de las personas”, señala.En la misión de salvar muchos matrimonios y familias, Anita tuvo un gran aliado: el fallecido Padre Esteban Gumucio ss.cc. “Quienes participaban en Encuentros Matrimoniales quedaban llenos de alegría y de espíritu para ser una pareja apostólica. Nacía prácticamente una nueva unión y una verdadera felicidad. También surgía un fuerte deseo de comprometerse como matrimonio con la Iglesia y con la sociedad”, cuenta. A otras poblaciones, Los Encuentros Matrimoniales, Anita los replicó después en la Parroquia Jesús Obrero, en la Zona Oeste, y en las poblaciones del barrio Estación Central. Luego se trasladó a las poblaciones Santa Elvira y Las Viñitas, en la comuna de Cerro Navia, donde estuvo entre los años 1980 y 1994. Durante todo ese tiempo también se encargó de animar la fe entre los pobladores del sector, donde no había nada. “Fue un tiempo hermoso, porque no tener nada significaba que todos podíamos hacer las cosas en equipo”, señala. La Legua: una gran familiaEn 1994 regresó a su querida Legua, en la época en que el Padre Mariano Puga era párroco de San Cayetano. Junto a él y, en compañía de los jóvenes del sector, puso en marcha una casa de retiros, impulsó la Pastoral Juvenil y la Pastoral del Cristo Especial, que hoy atiende a 20 niños con deficiencia mental y a 59 adultos. ¿Qué tiene de especial La Legua? ¿Por qué la siente su casa?Aquí hay un sentimiento de familia muy fuerte. La Legua es una gran familia, donde hay muchos problemas, pero hay gran solidaridad. Todos conocen los problemas de cada uno y todos se ayudan mutuamente. La vivencia familiar que hay acá no existe en otro lugar, sobre todo en el sector de Emergencia.¿Si tuviera que evaluar su permanencia en Chile, qué diría?Muchas gracias Señor porque me regalaste Chile, porque he sido tan feliz en La Legua. Tan emocionante como la solidaridad ha sido ver la fe de la gente. Aquí he sido testigo de la esperanza contra toda desesperanza. Ni en las situaciones más difíciles se quiebran, a veces lloran, pero a los diez minutos están bailando. Eso es increíble. Yo he tenido una relación de amor muy bonita con Jesús, lo que me cambió la vida es ese pasaje del Evangelio donde Él dice: si me amas, cuida mis ovejas. Y en eso he gastado mis años en Chile.

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